Mi nombre es Mireya Bastida y mi objetivo es empoderar a las personas mediante la educación en desarrollo humano, para reducir el estigma que existe en cuanto a la salud mental y emocional.

Soy autora y terapeuta. Descubrí mi resiliencia desde muy pequeña, sin saberlo. Me adapté a lo que me tocó vivir.

Aunque la vida me dio limones, decidí hacer limonada con ellos, en lugar de amargarme.

Aprendí a tratar con gente difícil, ya que no creo que exista gente mala, solo gente lastimada y temerosa. Los traumas y bloqueos nublan la visión y se repiten las historias de vida al criar hijos bajo el miedo y creencias limitantes.

Cuando comprendemos que los hijos no vienen con un manual de instrucciones y que cada uno es diferente, y que no podemos criarlos de la misma forma, al final cada hijo hará las cosas a su manera.

Unos repetirán los mismos errores que nosotros; si les gritamos, ellos gritarán a sus hijos.

Otros, por el contrario, no pondrán límites saludables y los sobreprotegerán por el miedo a que sufran las malas experiencias que vivimos nosotros mismos en la infancia, ya sea por carencias económicas, maltratos o falta de reconocimiento y de rechazo, una de las heridas que calan más profundamente. De ahí nace el auto odio.

Cuando sanamos nuestra relación con los padres por medio del perdón y la comprensión sin juzgarlos, entendiendo que hicieron lo mejor que pudieron para formarnos, que nunca nos quisieron lastimar conscientemente, que ellos también fueron niños lastimados por sus padres, podemos formar hijos fuertes y felices que se amén y utilicen su máximo potencial para crear vidas increíbles. Las experiencias que nos pasan en la vida no nos definen como personas. ¡Tenemos el poder de ELECCIÓN!

Eres lo que quieres ser, lo que pones en tu mente. Si la alimenta con resentimiento, ira, coraje, vergüenza, resentimiento, entre otras cosas, en fin, todo tipo de emociones negativas, no vivirás, sobrevivirás. Si se puede vivir una vida entera dormidos, hay otra de mayor calidad y está al alcance de todos. Se necesita trabajo personal, pero vale la pena lanzarse un clavado y entrar a nuestro interior, donde se encuentra la verdadera paz, felicidad y el éxito alcanzado para muchas personas.